Las increíbles piedras que se mueven solas
Las increíbles piedras que se mueven solas, por muchos años en el lago seco Valle de la muerte, en California, ha rondado un gran misterio alrededor de piedras sueltas porque se mueven solas. Sí, tal como lo lees, rocas de hasta 320 Kg se mueven solas en la arena del lago seco y hemos podido ser testigos de esto por más de setenta años porque dejan rastro en la arena.
Durante algunos años se mantuvo la débil teoría alrededor de este fenómeno, que se trataba de fuertes vientos (como los de un huracán) que hacían mover las rocas, pero no fue de tanta certeza, puesto que no corrían vientos tan fuertes en la zona para movilizar semejante peso; otras teorías lo acusaban a remolinos de polvo o a pequeñas partículas de algas resbaladizas que daban la movilidad. No hubo explicación certera para este fenómeno hasta el 2011 cuando Richard Norris y un equipo de científicos del Scripps Institution of Oceanography de la University de California se embarcaron en una investigación exhaustiva que podía extenderse por más de diez años para dar con el resultado.
Lo inesperado:
Alrededor del lago seco, instalaron una estación meteorológica de alta tecnología que permitía medir ráfagas de viento y de movimientos a intervalos de segundos e incorporaron algunas unidades de GPS de mínimos desplazamientos, para captar hasta lo más mínimo de estas rocas. A los dos años, algo inesperado pasó porque en diciembre del 2013 decidieron ir de expedición al lugar porque el lago estaba cubierto con un ligero estanque de agua de siete centímetros de profundidad y dieron con el fenómeno en vivo. El resultado que podía explicarse en diez años pasó en tan sólo dos y pudieron verlo con sus propios ojos.
¿Como sucede?
Dieron cuenta de que es necesario un conjunto de eventos para que se dé el fenómeno:
Primero, el lago se llena de agua a una profundidad considerable, pues que sirva para formar una ligera capa de hielo flotante (durante el invierno) y al mismo tiempo que tenga poca altura para no bloquear a las rocas.
Segundo, con las bajas temperaturas del invierno, este minúsculo lago se congela en pequeñas capas de hielo que son lo suficientemente delgadas para moverse pero al mismo tiempo, lo suficientemente gruesas para mantenerlas.
Tercero, cuando llegan nuevamente las altas temperaturas de sol, el hielo se derrite en diferentes paneles que los vientos de la zona, comienzan a movilizar y al mismo tiempo, empujan a las rocas dejando el rastro en el evidente barro de la superficie.
La experiencia:
Estos resultados dejan atrás a las erróneas teorías que mencionamos al principio, pues no sólo arrojaron el estudio por escrito, sino que incluso lograron captar en video el momento en que las rocas son movilizadas. Según lo apuntado por los científicos, las rocas se mueven bajo vientos ligeros entre 2 a 6 metros por minuto y fueron empujadas por hielos de al menos 5 milímetros. Estas velocidades tan mínimas son casi imperceptibles a largas distancias, quizás algunos turistas en algún momento lograron ver cómo se movilizaban las rocas, pero no podían comparar en relación a qué se movían porque es “realmente difícil de medir si una roca está en movimiento cuando todas las rocas a su alrededor también se están moviendo”, afirmó Norris a la revista ‘Plos One’ que publicó su estudio.
Gracias al trabajo de la ciencia que se sigue desarrollando diariamente, cada día damos con más resultados y explicaciones a fenómenos naturales y humanos que algunos años atrás, no tenían explicación, ¡que siga creciendo la ciencia!