Desde la Antigua Roma llegó la Lasagna
Desde la Antigua Roma llegó la Lasagna, este fue el nombre que recibió la pasta en forma de láminas en la Roma Antigua, pero hoy en día la palabra Lasagna para nosotros no significa sólo pasta; al contrario, al escuchar este nombre se activa nuestro sentido del olfato y del gusto de esa jugosa carne y el derretido queso mozzarella que se unen en capas sobre una salsa bechamel, en este delicioso plato italiano.
La lasaña ha evolucionado, o digamos, variado al gusto de los chefs que han intervenido este plato y han creado platos de lasaña con diversos ingredientes, como las famosas lasañas con vegetales (donde ha destacado muchísimo la berenjena), verduras, pescados o el más reciente y atrevido: lasaña de plátano. Sin embargo, en este post nos vamos al principio de todo, al origen de lo que fuera entonces la lasaña y nos remontamos a Grecia cuando esto comenzaba apenas a ser un plato.
La palabra lasaña, viene del griego Lasagnum, que significa plato y los griegos usaban esta palabra para referirse a la comida que era servida de alguna manera especial en un plato o cazuela donde se podía cocinar. Sin embargo, como todos sabemos, con la llegada de los romanos, se dio la bifurcación de la cultura griega y la expansión por todo su extenso territorio, bajo la tutela romana. Los romanos tomaron entonces de los griegos la palabra lasaña y la manera especial de cocinar entonces en estas cazuelas.
Es aquí donde podría intuirse el origen de lo que hoy conocemos como lasaña, porque a partir del cazo de la cultura griega y la intuición de la cultura romana, se coloca entonces la pasta en forma de capas con diferentes tipos de rellenos; es a partir de los romanos que se expande entonces la lasaña como una receta en todo el territorio europeo.
Esta extensión fue posible gracias a la fabricación de utensilios, instrumentos y procedimientos que elaboraron los romanos para poder producir las pastas en formas de láminas y hacer lasañas. Data la historia que, hasta Cicerón, el emperador romano del s. III a.C. fue fanático de la lasaña, tuvo especial admiración por este plato; pero no es sino hasta el siglo XVIII que la maquinaria evoluciona y se producen las fabricaciones de láminas de pasta, para que conozcamos la lasaña que conocemos hoy.
Por la masiva expansión que tuvo, se dan tantas variaciones por regiones, pero siempre conservando su salsa de carne (bologna) y su salsa blanca (bechamel). La expansión de la lasaña fue tanta que, recientemente un historiador británico le discutía el origen del plato a Italia, a partir de unos documentos históricos que databan el origen para Inglaterra. Sin embargo, la discusión no resultó por mucho tiempo porque ya que los romanos conquistaron todo el territorio europeo y hasta más, dejemos quieta a la historia y veámoslo como un plato de toda Europa (si es que eso se quiere), pero está verdaderamente comprobado que el plato le pertenece a la grandiosa Italia.
No es por nada, pero pareciera que desde siempre se le ha dado un trato especial a la lasaña, ya que desde los griegos fue considerado un plato especial y actualmente, en nuestras mesas es considerado para ocasiones especiales y compartir en familia.